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Sufrir una contractura muscular es un problema que puede afectar a cualquiera. Descubre como reducir el dolor de esta lesión y cuando es el momento ideal para acudir a un profesional.  

Las contracturas musculares son un problema común que puede ser causado por movimientos bruscos, mala postura o incluso estrés. Y aunque muchas personas lo consideran como algo “normal” es importante aprender a identificarlas y tratarlas para evitar que se conviertan en un problema crónico.

Síntomas de una contractura 

  • Dolor localizado: Uno de los principales síntomas es dolor de leve a intenso en un área específica del músculo afectado, el cual puede sentirse como una tensión o un tirón, y generalmente empeora al realizar actividades o al tocarlo.
  • Rigidez muscular: Las contracturas suelen generar una sensación de rigidez en el músculo afectado. Lo que puede ocasionar dificultad para moverte y resultar doloroso o incómodo al intentar estirar o contraer el músculo.
  • Debilidad del músculo: Durante una contractura, las fibras musculares se encuentran en un estado de contracción involuntario y continuo, lo cual puede generar en el músculo afectado una reducción en su capacidad para generar fuerza.

¿Cómo aliviar el dolor de una contractura?

Si ya identificaste tu problema muscular como una contractura, te compartimos 4 consejos que te ayudarán a disminuir o eliminar el dolor de una manera más rápida:

  1. Aplicación de calor: El calor ayuda a relajar la tensión muscular y a reducir el dolor, por lo que se recomienda aplicar calor en forma de compresas o baños calientes.
  2. Estiramientos: Realizar estiramientos suaves y graduales del músculo afectado te ayudará a relajar la contractura y aliviar la rigidez. Recuerda no forzar el músculo y mantener los ejercicios durante 15 a 30 segundos.
  3. Masajes: Realiza masajes en el área afectada con movimientos circulares o presión leve en la zona de mayor dolor. Esto puede ayudar a aliviar la tensión muscular y mejorar la circulación.
  4. Descanso adecuado: Evita actividades que puedan agravar la contractura y procura mantener una buena postura durante el reposo. Si es necesario, utiliza almohadas o cojines para brindar soporte adicional a las áreas afectadas.

 ¿Cuándo debo acudir a un profesional? 

A pesar de que los consejos mencionados anteriormente pueden brindar alivio temporal, es fundamental buscar la ayuda de un fisioterapeuta si la contractura persiste durante más de una semana, el dolor aumenta a pesar de los cuidados en casa o se presenta dolor intenso que limita significativamente tus actividades diarias. 

En Rehabilitamedic podemos ayudarte a realizar un diagnóstico preciso y diseñar el plan de tratamiento adecuado para tu caso ¡Contáctanos!